sábado, 6 de noviembre de 2021

2021-4T.L6 Porque ¿qué nación grande hay…?

 

4T-Lección 6: Para el 6 de noviembre de 2021

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                       

 Porque ¿qué nación grande hay…?

Texto clave: Deut. 10:19

               

I. ¡MOTIVA!:            Actividades iníciales.

 

Pregunta para dialogar: ¿De qué maneras podemos tener cuidado de no añadirle ni quitarle nada a lo que Dios nos dice que hagamos?

Ilustración: “Desde el origen de la gran controversia en el cielo, el propósito de Satanás ha sido destruir la Ley de Dios. Para realizarlo comenzó su rebelión contra el Creador y, aunque fue expulsado del cielo, continuó la misma guerra en la Tierra. Engañar a los hombres y así inducirlos a transgredir la Ley de Dios, tal fue el objetivo que persiguió sin cejar. Sea esto conseguido haciendo a un lado toda la Ley o descuidando uno de sus preceptos, el resultado será finalmente el mismo. El que peca “en un punto” manifiesta menosprecio por toda la Ley; su influencia y su ejemplo están del lado de la transgresión; y viene a ser ‘culpable de todos’ (Sant. 2:10)” (CS 639).

Resumen: Veremos en la lección que, solo hay dos caminos posibles, o somos obedientes a Dios o no lo somos, amabas decisiones, traerán sus consecuencias, vida o muerte.

II. ¡EXPLORA!:              

 

 

1.     Desobediencia: Destrucción

 

A)    Los mandatos de Dios

1.     Dios manda a Israel a ser obediente a sus mandatos, no cambiarlos, no quitar, ni añadir nada de sus mandatos. “Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis, y viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová el Dios de vuestros padres os da. No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordene.” (Deut. 4:1,2)

2.     Había sido el plan de Satanás desde el principio, deshonrar la Ley de Dios e incitar al ser humano a desobedecerla.

3.     Sucedió también en el tiempo de Jesús cuando los líderes religiosos habían cambiado los mandamientos de Dios, por tradiciones humanas. (Mat. 15:1,-9)

B)    La destrucción en Baal Peor

1.     Solo hay dos posibles decisiones, o somos obedientes o somos desobedientes a los mandatos de Dios.

2.     Cuando somos desobedientes, todo ira mal, como sucedió con el pueblo de Israel, Moisés les recuerda su desobediencia y destrucción: “Vuestros ojos vieron lo que hizo Jehová con motivo de Baal- peor; que a todo hombre que fue en pos de Baal-peor destruyó Jehová tu Dios de en medio de ti.” (Deut. 4:3)

3.     El motivo fue que los Israelitas tomaron para sí mujeres paganas, siendo desobedientes, fornicando y haciendo lo malo delante de Dios.

 

2.     Obediencia: Nación grande

 

A)    Obedientes en Baal Peor

1.     Sin embargo de lo anteriormente mencionado, muchos en Baal peor, fueron fieles: “Mas vosotros que seguisteis a Jehová vuestro Dios, todos estáis vivos hoy.” (Deut.4:4)

2.     El contraste es claro, vida o destrucción, ¿que deseamos para nosotros y para nuestra familia?

B)    El resultado de ser obedientes

1.     Sabiduría e inteligencia:

a)     La sabiduría e inteligencia proviene de ser obediente a los mandatos de Dios. “Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta.”  (Deut. 4:6)

b)     Cuando leemos la Biblia, creamos una barrera contra los engaños de Satanás, y Dios nos ayuda a mantenernos fieles a Él.

2.     Una nación grande:

a)     Por la presencia de Dios:

                                                              i.        La razón de la grandeza de Israel, no estaba en su nacionalidad, su ascendencia, alguna característica especial, la pregunta ¿Por qué es tan grande la nación? O ¿Qué nación tan grande hay como ella?, tiene una respuesta simple, Dios estaba presente en medio de ella.

                                                             ii.        A través del Santuario Dios acompañaba a su pueblo, si nosotros somos obedientes, Dios estará con nosotros y Él nos dará su bendición. ”Porque ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos?” (Deut. 4:7)

b)     Por sus estatutos:

                                                              i.        La otra razón de la grandeza era el impresionante sistema legislativo que tenían, en lo espiritual, en lo ceremonial, en lo civil, era sumamente avanzado para ese tiempo. “Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?” (Deut. 4:8)

                                                             ii.        Hoy tenemos los mismos mandatos que si los obedecemos, llegaremos a ser “una nación grande”:

C)    El propósito de ser obedientes

1.     “Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos.” (Deut. 4:9)

2.     El Señor nos invita a ser obedientes a sus mandatos, no olvidarlos, ni apartarnos de sus caminos, y luego enseñarlos a los demás, y como resultado de la obediencia las bendiciones divinas llegaran a nuestra vida hasta hacer de nosotros una “nación grande”…

 

III. ¡APLICA!:

 

¿Deseas obedecer los mandatos de Dios?

 

IV. ¡CREA!:

 

Con la clase: invita a los hermanos a hagan una lista con dos columnas donde escriban las virtudes y los defectos que existen en su vida y orar por que Dios pueda ayudarles a cambiar y ser obedientes.

 

V. RESUMEN

 

El Señor nos invita a ser obedientes a sus mandatos, no olvidarlos, ni apartarnos de sus caminos, y luego enseñarlos a los demás, y como resultado de la obediencia las bendiciones divinas llegaran a nuestra vida hasta hacer de nosotros una “nación grande”…  Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos(Deut. 4:9). Que Dios te bendiga.

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